Así la nombran los iraníes: “Esfahan, nesf e yahan (Isfahán es medio mundo)“, debido a la importancia que tuvo en el pasado esta ciudad (dos veces capital del reino) y actualmente como centro cultural y turístico del país.
Isfahán es una ciudad coqueta, arbolada, repleta de plazas, bulevares, palacios, jardines y mezquitas capital de Imperio Persa en el año 1047, bajo los selyúcidas y durante 180 años, cuando llegaron los mongoles al país; volvió a serlo durante el reinado del rey safávida Abás I, quién la embelleció y ordenó construir las grandes obras arquitectónicas que hoy podemos visitar en esta ciudad de Irán.
En tu visita a Isfahán numerosos serán los lugares con encanto que te maravillarán, como por ejemplo la plaza central, Naqshe Yahan (“mapa del mundo”, también llamada Plaza del Imán), datada en 1602, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco y una de las plazas más grandes del mundo con 510 metros de largo y 165 de ancho: sus jardines y fuentes simétricos son lugar de paseo y descanso para habitantes y turistas.
Otro punto imperdible es la mezquita del Imán (también llamada la mezquita del Shah), un gran ejemplo del arte decorativo safávida, con una puerta de entrada de 3 metros de altura cubierta por láminas de oro y plata, además de azulejos color turquesa bella y profusamente decorados y que se repiten en el patio interior.
Destacamos además el jardín de Baghe Chehel Sotun (las 40 columnas), que también forma parte del Patrimonio Universal de la Unesco y que junto a una lista de nueve jardines que se consideraron el mejor ejemplo de jardín clásico persa.
No dejes de visitar los centros de artesanía de Isfahán, ni tampoco dos de sus puentes más bonitos, Si o Seh Pol (33 puentes) y Kajú ni el histórico zoco Bozorg, uno de los mayores de Irán.
