Rayen es una parada obligada cuando se visita Irán; declarado Patrimonio de la Humanidad, es uno de los puntos que incluimos en el circuito especial “Todo Irán” de 16 días de duración. ¿Qué tiene de especial Rayen?
Sin duda alguna, su castillo, Arg-e Rayen, por su originalidad en el uso de los materiales empleados para su construcción y el diseño de la misma, de grandes dimensiones. Tanto la fortaleza, como la ciudad amurallada en sí, se alzaron usando el adobe como material en lugar de usar piedra – elemento mucho más sólido – como era habitual a la época.
Sin embargo el castillo de Rayen, construido entre los siglos X y XI durante el Imperio Sasánida, ha sabido resistir a varias catástrofes naturales a lo largo de los siglos (la última el terremoto del año 2003). Dicha dinastía representó uno de los mejores e importantes periodos históricos de Irán y Oriente Próximo; los monarcas pertenecientes a ella fueron monarcas persas de la era pre-islámica cuyo reinado se prolongó desde el año 224 hasta el 651.
El castillo de Rayen fue asimismo una de las construcciones fortificadas realizadas en adobe más grandes del mundo, que se convirtió en residencia veraniega de los gobernadores de la vecina ciudad de Bam y que fue habitada hasta aproximadamente el año 1850, momento en el que fue abandonado sin que historiadores y arqueólogos hayan dado con las razones exactas de este abandono.
Por la importancia de Rayen, tanto por su castillo como por su ciudadela (lugares de paso de la afamada Ruta de la Seda), la Unesco la declaró Patrimonio de la Humanidad. La ciudadela sirvió de decorado para la película “El desierto de los tártaros”, filmada en 1976 por Valerio Zurlini y basada en la novela de Dino Buzzati.
Un lugar histórico que no podía faltar en nuestro circuito “Todo Irán“.
